El Secretario General de UGT-Euskadi, Dámaso Casado, ha intervenido esta mañana en el Forum Europa Tribuna Euskadi, ante representantes institucionales, empresariales y políticos, en Bilbao, apostando por el Diálogo Social: “Ha sido necesario un giro de 180 grados en el campo político para conseguir que el cambio también llegue por fin a las relaciones laborales” y ha explicado que la decisión del actual Ejecutivo de poner en marcha el Diálogo Social es más que necesaria por la situación de crisis económica que vivimos y “es necesario aprender de los errores cometidos para llevar a cabo los cambios necesarios que eviten en el futuro situaciones como la actual”.
El ex secretario General de UGT-Euskadi y vicepresidente de la Fundación Ramón Rubial, Carlos Trevilla, ha sido el encargado de presentar a Dámaso Casado y lo ha hecho definiendole como un “resistente” sindical y cívico, tanto en la lucha por la libertad como en derechos sociales y laborales de los trabajadores. “Una persona formada en la acción sindical de la empresa y sector, un hombre de la negociación colectiva, su universidad ha sido las acción sindical y siempre ha sido partidario de proponer, negociar y acordar
Ha dicho que Dámaso “inventó”, en el sentido de proponer, negociar y poner en marcha la subrogación de trabajadores en las empresas de limpieza de Bizkaia (cuando el servicio cambia de empresa) dando solución de estabilidad en el empleo a los trabajadores subcontratados, subrogación que luego se ha puesto en práctica en otros sectores.
Le ha destacado como un “defensor de la autonomía sindical” respecto a posiciones políticas; ha valorado su apuesta por la unidad de acción sindical para la defensa de los derechos de los trabajadores y su negativa a mantener la división sindical y de pancartas en las concentraciones cada vez que un trabajador muere en accidente laboral….
INTERVENCIÓN DE DÁMASO CASADO EN LA CONFERENCIA DEL FÓRUM EUROPA TRIBUNA EUSKADI
(Resumen de la ponencia)
Señoras y señores, amigos y amigas:
Agradezco la invitación del Forum y la agradezco doblemente por la importancia que tiene la voz sindical en un momento de acelerada y profunda crisis económica.
Antes de comenzar mi intervención, quiero recordar a EDUARDO PUELLES, asesinado por ETA, el pasado viernes, en Arrigorriaga.
En nombre de mi sindicato, manifiesto nuestra solidaridad con el dolor de su familia y quiero mostrar nuestro apoyo a todos los trabajadores de las fuerzas de seguridad, que trabajan para garantizar nuestra seguridad y libertad, mientras sufren las presiones de la sinrazón del terrorismo.
Exigimos a ETA el abandono de las armas, el cese de la violencia. Y queremos recordar a su entrono, a esos ciudadanos que les apoyan y justifican que, con su comportamiento, son cómplices y, por tanto, moralmente responsables de cada asesinato que comete la banda armada.
UGT-Euskadi está convencida de que el único camino para derrotar a quienes atacan la paz y la convivencia democrática es la unidad de los demócratas y el apoyo a los gobiernos, a las fuerzas de seguridad y a las instituciones judiciales.
Acudo a esta tribuna en un momento importante para la sociedad vasca. Se ha producido por primera vez, después de treinta años, un cambio político. Se suele decir que la alternancia son los pulmones de la democracia. Y la democracia para la UGT, como para la mayoría de la ciudadanía vasca, es una condición necesaria para la convivencia en paz y libertad. Ante todo y sobre todo, somos ciudadanos y ciudadanas, trabajadores y trabajadoras. Estamos cansados y hartos del intento permanente de sustituir la idea de sociedad de ciudadanos por la de un pueblo definido por esencias identitarias o por destinos históricos. Es preciso devolver a primer plano la ciudadanía frente a la adhesión nacional para poder constituir una sociedad incluyente frente a una nación excluyente.
Es muy importante, en medio de la primera crisis económica de la globalización, decir una cosa muy sencilla: la ciudadanía vasca se decide en ámbitos plurales y en marcos políticos más amplios. Rechazamos los ámbitos exclusivos y excluyentes de decisión. Afirmar que el futuro de vascos y vascas hay que decidirlo aquí y sólo aquí, es condenar nuestro futuro político y social. Esto tiene mucho que ver a la hora de afrontar la crisis democrática. Siempre hemos apostado por la pertenencia a un marco de ciudadanía moderno más amplio que configure una Euskadi incluyente y plural en una España, incluyente y plural también, que se ha integrado en la Unión Europea.
Esta es una declaración sencilla de complicidad desde nuestra autonomía, con el cambio que debe traer a la sociedad vasca el nuevo Gobierno. Es una mezcla de esperanza y compromiso, de reivindicación y de apoyo. Reitero siempre, desde la autonomía del sindicato, que no es otra cosa que colocar la defensa de los trabajadores y de nuestra posición sindical por encima de cualquier coyuntura política.
Acabamos de celebrar el 10º Congreso de la UGT de Euskadi y el 40º de nuestra Confederación. Ponemos nuestro sindicato a punto, pasamos nuestra ITV conscientes de que tenemos que circular por una carretera estrecha y con baches. No hemos sido los trabajadores ni los sindicatos los que hemos construido los baches. Ahora hay que arreglarlos. Hemos planificado y reflexionado como hacerlo, con quién hacerlo y en que ámbitos hacerlo. Por ello, voy a ir desgranando algunas ideas que considero importantes para sumar y para arreglar problemas, nunca para crearlos. El sindicalismo de la UGT es propuesta, negociación, reivindicación, presión y movilización, si es necesaria.
En primer lugar, voy a expresar nuestro pensamiento y análisis de cómo hemos llegado a esto. Esta no es una crisis cualquiera y no nace de repente. Es una crisis financiera, pero no sólo es financiera. Me parece muy importante que el diagnostico del origen de la crisis sea compartido, ya que las medidas para salir de ella, no se pueden limitar exclusivamente al saneamiento de las finanzas bancarias. Tampoco valen las viejas recetas del pasado que, entre otras cosas, siempre son lo mismo: recuperar la tasa de ganancia del capital a costa de los mas débiles, utilizando el poder político para que realice ese trabajo.
En segundo lugar, voy a desarrollar una reflexiones a la necesidad de más Europa y más Europa completa, no sólo la monetaria sino la política, la económica, la del empleo, la social, la que debe garantizar una ciudadanía completa.
En tercer lugar, voy a adentrarme en el espinoso tema del mercado de trabajo, del modelo productivo, de como hacer un país más competitivo respetando los derechos de los trabajadores.
Y, finalmente, voy a abordar el tema del Dialogo Social en Euskadi, tan urgente y necesario como difícil y complicado, desde la convicción de que solamente con el Dialogo Social, a todos los niveles, conseguiremos mantener el Dialogo Social Europeo.
Todo esto en economías abiertas. Los derechos laborales hay que defenderlos en todo el mundo, ya que de lo contrario terminaran siendo destrozados en esa parte del mundo desarrollado que llamamos privilegiada, aunque no los sea tanto. Y lo digo desde la convicción de que los derechos laborales son ante todo derechos humanos.
{¿CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTO?}
La polarización de rentas y los déficits en la distribución de la riqueza son, a mi modo de ver, las causas de la crisis. Decía anteriormente que un escenario de progreso para la crisis exige atacar las causas que han motivado esta crisis. Esta es la crisis de un capitalismo de casino que ha provocado una crisis financiera de la que se ha hablado mucho y se ha escrito mucho. De la crisis financiera sabemos casi todo. Es el resultado de un cóctel motivado por una desregulación y por una globalización sin reglas. Es una crisis cimentada en el incremento de las desigualdades, motivada, entre otras cosas, en la caída de la demanda dada la reducción en todo el mundo de la participación de los salarios en la distribución de la “tarta”. Se ha producido una desconexión entre salarios y productividad. Veníamos de una época anterior de pleno empleo, de buena protección social, buena negociación colectiva un espacio de provisión de servicios publicas al margen del mercado y, por qué no decirlo, de un serio poder sindical. Esto estaba reduciendo la tasa de ganancia del capital, este pacto, llamado keynesiano entre capital y trabajo, no era rentable para el capital.
Si analizamos la calidad del empleo, el CEDEFOP (el organismo europeo dedicado al empleo y formación profesional) nos informa que de los 220 millones de asalariados europeos, 108 están en situación precaria y 30 millones de estos últimos son pobres.
En el segundo asalto, el capitalismo colocó en el centro de mira de su tarea para recuperar tasa de beneficios e influencia social, a las políticas públicas. A la desregulación, o mejor cabría decir re-regulación laboral siguió la privatización. En las políticas públicas, le resulta imprescindible abrir al beneficio privado a todos los nichos rentables que estaban en manos del poder público: los transportes, la energía, las telecomunicaciones, los bancos, la enseñanza, la sanidad, las pensiones, la cultura. Con el argumento de que así, serían mas eficientes y baratas.
Particularmente, las políticas negativas han sido orientadas a “reformar” los sistemas públicos de pensiones. Reformas y contrarreformas guiadas siempre por dos objetivos: recortar, por diversos procedimientos, el gasto y las prestaciones públicas e incentivar, con gasto público, las pensiones privadas. Como si éstas fueran más baratas, más seguras o no estuvieran afectadas por lo cambios demográficos. Reformas también guiadas por una premisa: nunca se puede actuar sobre los ingresos — procedentes de las cotizaciones, fisc
Impactos: 21