La reforma laboral y el aumento del SMI han contribuido a dar pasos hacia la igualdad de la mujer en el mundo laboral

Con motivo del 8 de marzo, UGT ha evaluado la situación de la mujer trabajadora mediante un informe que viene desarrollando todos los años para tomar el pulso de la realidad laboral de la brecha de género. Se constata que en 2022 han mejorado algunos de los indicadores de estas brechas, pero las diferencias entre mujeres y hombres siguen siendo muy elevadas. La diferencia salarial sigue siendo de 5.914 euros en Euskadi. Consecuencia de esta desigualdad salarial es que el 73,3% de las pensiones que cobran las mujeres vascas están por debajo de 1.000 euros.
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La Secretaria para la Igualdad, Políticas Sociales y Diversidad de UGT-Euskadi, Xuria Arza, acompañada por  la Secretaria de Empleo y Formación, Arantxa Niño, y el Secretario de Politica Sindical e Institucional, Dani González, ha presentado el informe destacando que la reforma laboral y el aumento del SMI a 1.080 euros, fruto ambas cuestiones del Diálogo Social en el que ha participado nuestro sindicato, ha venido a paliar la desigualdad de género de la mujer en el mundo laboral en nuestro país.

No obstante, ha advertido que “en 2022 han mejorado  algunos de los indicadores de estas brechas, pero las diferencias entre mujeres y hombres siguen siendo muy elevadas,  aún nos queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad real y efectiva.”

En este sentido, ha destacado que la  diferencia salarial sigue siendo de 5.914,20 euros a favor de los hombres y un 17,90% en Euskadi. Consecuencia de esta desigualdad salarial es que el 73,3% de las pensiones que cobran las mujeres vascas están por debajo de 1.000 euros.

Euskadi se encuentra entre las CC.A.A en las que más ha aumentado la brecha en la tasa de actividad, ya que en 2021 se situaba en 7,64% y en 2022 en 9,36%, aumentando dicha brecha en 1,72 puntos.

En relación a las tasas de empleo por comunidades autónomas, solo siete de ellas presentan una tasa de empleo de mujeres superior a la tasa media de empleo femenino nacional (45,89%), siendo Baleares con un 52,14%, Madrid con un 51,54%, y Cataluña con un 50,85%, las que presentan una tasa de empleo femenino más alta, seguidas de La Rioja (49,48%), Navarra (49,06%,) Aragón con un 48,03% y Euskadi (47,42%).

Menos ERTES debido a una menor actividad

Este dato, en principio, puede parecer positivo, pero la realidad es que hay menos mujeres que hombres afectados por ERTES porque las tasas de actividad y empleo de las mismas son inferiores a la de los hombres, por lo que estos datos vuelven a poner en evidencia las brechas de género que sufren las mujeres en el mercado de trabajo.

Respeto a los datos referidos al teletrabajo, en Euskadi encontramos la mayor diferencia entre hombres y mujeres al ver el dato de mujeres y hombres que no trabajan a distancia ningún día, dato alto tanto para hombres como para mujeres, hombres son 431.275 y mujeres 393.975. Entre las personas que teletrabajan ocasionalmente o más de la mitad de los días los datos son parecidos para hombres y mujeres aunque algo más bajos estos últimos.

En todas las Comunidades, las mujeres con empleo a tiempo parcial superan a los hombres y son mayoría. En Euskadi baja el número de mujeres que trabajan a tiempo parcial hasta un 73,80% en el 2022.

La brecha de género en la tasa de paro desciende respecto de 2021 en casi todas las CCAA, salvo en siete Comunidades: Ceuta, Melilla, Aragón, Cantabria, Canarias, Madrid y Euskadi (0,37 en 2021 y 0,39 en 2022). En 2022, oscila entre 0,39 puntos de Euskadi y 10,60 puntos de Melilla, por lo que vemos que aquí hay muy poco diferencia, en cuanto al género, en las personas que están en desempleo.

Respecto a retribuciones, en Euskadi sigue existiendo una diferencia salarial entre hombres y mujeres de 5.914,20 y un 17,90% de brecha salarial, descendiendo con respecto al año anterior que era de 19,46%. Nuestra comunidad tiene los salarios medios anuales más altos para ambos.

Más mujeres perceptoras de RGI

La brecha de género se percibe entre las personas perceptoras de la Renta de Garantía de Ingresos en nuestra comunidad autónoma, también en las que se conceden como complemento al trabajo y en las que complementan a las pensiones. Son más mujeres que hombres quienes perciben la RGI, lo que nos muestra que hay más mujeres en situación de vulnerabilidad, que tienen que complementar sus ingresos.

La brecha en las retribuciones se alarga y la podemos seguir encontrando al cobrar prestaciones y pensiones. El 73,3% de las pensiones que cobran las mujeres vascas están por debajo de 1.000 euros y en el caso de los hombres sólo el  26,6%. Las pensiones más altas, de más de 3.000 euros, sólo las cobran 8.370 mujeres, el 19,75 % del total de personas que las perciben.

Estos datos constatan que la brecha salarial se da también una vez que se termina la carrera profesional. El tener menos salario durante toda la vida laboral hace que también las mujeres cobren menos en sus prestaciones y pensiones.

En cuanto a los planes de Igualdad, en Euskadi, desde marzo del año pasado ha habido un aumento considerable de empresas que han registrado sus Planes de Igualdad. Mientras que el año pasado nos encontrábamos con 1.415 empresas de más de 50 personas trabajadoras y que  sólo se habían registrado 290 Planes; este año constan 1.421 empresas activas de más de 50 personas trabajadoras y, por tanto, obligadas por ley; como dato positivo es que hay registrados 657 Planes. “Hay que lamentar que “aún más de la mitad de las empresas obligadas a negociar Planes de Igualdad no lo han hecho” .

UGT-Euskadi se  propone, entre otras cuestiones, seguir impulsando la negociación colectiva y los planes de igualdad, exigiendo que dicha negociación se adapte a la nueva normativa reglamentaria de planes de igualdad e igualdad retributiva.

Y, entre otras cuestiones, se propone seguir reivindicando  políticas de empleo que impulsen la incorporación de las mujeres al trabajo y su permanencia, en condiciones de calidad, con contratos a tiempo completo y de duración indefinida y en las mismas condiciones que los hombres, para poder alcanzar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Asimismo, considera fundamental “seguir combatiendo la violencia machista desde los centros de trabajo, adoptando protocolos de acoso sexual y acoso por razón de sexo, incluyendo el acoso sexual y sexista cibernético”.

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