UGT -Euskadi llama a la ciudadanía a participar en la Huelga Mundial por el Clima

A partir de hoy, 20 de setiembre, y hasta el 27 de septiembre va a haber movilizaciones y actos en todo el mundo en defensa del futuro del planeta y de un mundo justo. Urge desarrollar una ambiciosa acción por el clima y que se tomen medidas urgentes para reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero. Es fundamental cambiar el modelo productivo a otro más sostenible y avanzar hacia una transición justa y la creación de empleos verdes, sin dejar a nadie en el camino.
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UGT-Euskadi llama a la ciudadanía a participar en la Huelga Mundial por el Clima que tendrá lugar el próximo viernes, 27 de septiembre, a nivel global, y en cuantas movilizaciones se van a desarrollar a lo largo de esta semana en diversos puntos de Euskadi, con el objetivo de alertar sobre los peligros del cambio climático y exigir a las instituciones medidas para mitigar y adaptar sus efectos.

Hacemos también un llamamiento a la convocatoria de movilizaciones en los centros de trabajo para ese día. El ámbito laboral se puede ver seriamente afectado por este problema y reclamamos que se adopten medidas para garantizar una transición justa para los trabajadores/as.

El mayor reto para la Humanidad

La crisis climática pone en riesgo nuestra propia existencia, impactando especialmente en las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo, así como en resto de seres vivos que habitan el planeta. Por ello instamos a toda la sociedad a que se movilice y se sume a la convocatoria global. No hay plan B porque no hay Planeta B.

Los recientes informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES señalan que cerca de un millón de especies entre animales y plantas se encuentran al borde de la extinción como consecuencia de las actividades humanas. El informe del IPCC sobre el incremento de la temperatura media global en 1,5 ºC, alertan del deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como de la existencia de un punto de no retorno frente al cambio climático.

La crisis climática es consecuencia directa del modelo de producción y consumo actuales, modelos que pone en riesgo nuestra propia supervivencia y la de un gran número de otras especies y ecosistemas. No responder con suficiente rapidez y contundencia a la emergencia climática y civilizatoria supondría la muerte y/o el malvivir de millones de personas, además de la extinción de muchas especies e, incluso, de ecosistemas completos.

Las instituciones europeas, estatales, autonómicas y locales deben asumir su responsabilidad y estar a la altura de las necesidades que exige este momento crucial de la Historia. La lucha contra la emergencia climática no puede supeditarse a una ideología o color político, debe ser asumida por todos los partidos.

Un grito común
Los sindicatos estarán presentes en la próxima Cumbre de Acción Climática, del 23 de septiembre, convocada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en Nueva York, lanzando un llamamiento a todos los países a incrementar su ambición respecto al clima. Necesitamos situar la transición justa como un elemento central de esta Cumbre para una acción climática más ambiciosa.

En este sentido, y en defensa del presente y del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo, las personas y colectivos firmantes instamos a toda la sociedad (ciudadanía, todos los actores sociales, ambientales y sindicales) a que se movilice y se sume a la convocatoria de Huelga Mundial por el Clima, difundiendo y participando en las acciones que estamos convocando, que iremos precisando y que tomarán muy diversas formas: manifestaciones, huelgas estudiantiles y de consumo, cierres patronales de entidades comprometidas, movilizaciones en los centros de trabajo y  en las calles, etc.

Las organizaciones y plataformas convocantes hacen además un llamamiento a toda la población para que, en las oficinas, colegios, ayuntamientos y otros lugares de trabajo se realicen concentraciones simbólicas de cuatro minutos y 15 segundos, entre las 11 y las 12 de la mañana de ese mismo día. Un acto que sirva de reflexión en torno a la gran señal de alarma que supuso alcanzar el pasado mes de abril una concentración de partículas de dióxido de carbono en la atmósfera de 415 ppm (partes por millón), nivel que no se registraba desde hacía tres millones de años.

 

 

 

 

 

 

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