En Petronor las relaciones laborales se vienen deteriorando en los últimos años con una dirección cada vez más intransigente e insensible a las personas que integramos la plantilla.
La falta de negociación y el incumplimiento de los acuerdos alcanzados son el día a día en una empresa que proyecta una imagen al exterior que nada tiene que ver con la realidad que padecemos quienes la conocemos: el estado de conservación de las instalaciones es lamentable, con carencias de inversión, un mantenimiento que solo busca el ahorro de costes. Estamos hablando de un modelo que antepone el beneficio a la seguridad. No os engañéis. Más allá de los presuntos logros tecnológicos, la realidad de Petronor dista mucho de la imagen profesional que quieren vender.
Petronor es un polvorín.
Como consecuencia de lo anteriormente mencionado, el número de accidentes potencialmente graves ha aumentado significativamente, así como los incidentes con afección al exterior que conllevan emisiones incontroladas de contaminantes y productos tóxicos a los que están expuestos las personas trabajadoras y el entorno cercano (Muskiz, y Abanto-Zierbena).
El Gobierno Vasco, por supuesto, mirando hacia otro lado.
Todo esto acontece mientras el número de horas extraordinarias aumenta todos los años de manera exponencial, sin que la dirección ponga en práctica soluciones tan simples como formación y nuevas contrataciones. Esto es así pese al compromiso con la parte social de contratar al personal necesario para cubrir ausencias.
En este contexto de relación laboral insana, la nueva dirección, conformada por personas con amplia experiencia en gestión de EREs y represión sindical, ha impuesto una Modificación Sustancial de Condiciones de Trabajo que supone una notable pérdida de derechos. Bajo la coartada de un ahorro económico para no duplicar servicios, pretende aumentar la jornada diaria de la plantilla a turnos en 30 minutos, sin reconocerlo ni compensarlo de ninguna manera.
Ante esta agresión y el descontento general de la plantilla se ha convocado una Asamblea de Fábrica para el próximo día 24 de septiembre en la que se van a proponer medidas de presión a la altura del desafío que nos lanza la dirección.
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