Las concentraciones se llevan a cabo en las principales capitales de las distintas comunidades autónomas y el convenio afecta a un buen número de empresas, entre ellas Atento, Lanalde, Xupera y Konekta, entre otras.
El convenio de Contact Center, que finalizó su vigencia el 31 de diciembre de 2019, se empezó a negociar poco antes del inicio de la pandemia del COVID-19, que provocó la ralentización del proceso negociador del convenio.
“Esta situación tan compleja -aseguran los representantes de UGT- ha sido aprovechada por la patronal para implementar el teletrabajo absolutamente abusivo y desregulado, enviando a personas trabajadoras a sus casas para realizar su trabajo con sus propios equipos, asumiendo los costes de mantenimiento y suministro de los mismos, incrementando los márgenes de beneficios de las empresas y la merma de los salarios, por asunción de gastos no propios y con el aumento exponencial del coste energético”.
Durante este tiempo, las empresas del sector no han compensado los gastos a las trabajadoras/es, en un 75% mujeres con salarios bajos, y han aprovechado para cerrar o reducir numerosos centros de trabajo.
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