Concentraciones de UGT-Euskadi el lunes 25, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres Emakumeenganako Indarkeriaren Aurkako Nazioarteko Eguna, UGT - Euskadi va a llevar a cabo el próximo lunes, 25 de noviembre, concentraciones ante las sedes de Bilbao, Vitoria-Gasteiz y Donostia, a las 11.30h de la mañana, mostrando el compromiso del sindicato contra este tipo de violencia cuyo origen está en la desigualdad entre hombres y mujeres.
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Con el lema «STOP violencia de género» «Genero Indarkeriari STOP«, las concentraciones serán el lunes 25 de noviembre, a las 11.30h de la mañana a la entrada de las sedes del sindicato situadas en:

BILBAO, en  C/ Colón de Larreátegui, 46-Bis

VITORIA-GASTEIZ, en C/ San Antonio, 45

DONOSTIA, en C/ Catalina de Erauso, 7 y 9cartel castellano 25N 2019

El Secretario General de UGT-Euskadi, Raúl Arza, participa en la concentración de Bilbao.

El Departamento de la Mujer de UGT-Euskadi está llevando a cabo varios proyectos con la Diputación Foral de Bizkaia, respecto a la Mujer en el entorno laboral.

 

Uno de estos proyectos es, concretamente, sobre  «Otras formas de violencia de género: el acoso sexual y por razón de género, protocolos de actuación en el ámbito laboral» y el segundo, a través de la Fundación Juan de los Toyos, «Derechos para la conciliación y medidas para la corresponsabilidad», que recogerá toda la normativa relativa a permisos, reducción de jornada y excedencias.

Nuevas formas de violencia contra las mujeres

Nuestro sindicato y en concreto nuestra vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, viene denunciando que “la violencia machista es una manifestación del fracaso de nuestras sociedades, especialmente de las que se dicen avanzadas. Es una lacra endémica que va en aumento porque, además las nuevas tecnologías que, sin duda son muy positivas, han generado nuevas formas de ejercer la violencia contra las mujeres al facilitar conductas de control, intimidación, acoso y humillación”.

En este sentido, alerta sobre las nuevas formas de ejercer la violencia contra las mujeres, al albur de las nuevas tecnologías, como el ciberacoso, y ha demandado una regulación específica sobre esta materia. Ha destacado el Protocolo General de actuación, firmado en septiembre, por el Ministerio de Trabajo y las Agencia Española de Protección de Datos, que entre otras cosas mandata a los agentes sociales que, a través del diálogo social, acuerden un protocolo específico para actuar en el supuesto de acoso digital en el trabajo.

Cristina Antoñanzas destaca que «el uso de internet, de dispositivos móviles, redes sociales y servicios de mensajería instantánea o geolocalización han dado pie a nuevas formas de ejercer la violencia contra las mujeres, facilitando conductas de control, intimidación, amenazas, acoso y humillación». Algo que confirma un estudio publicado en 2018 por el propio Parlamento, según el cual “las mujeres están siendo específicamente atacadas por la violencia cibernética y que las más jóvenes están amenazadas, sobre todo, por el acoso sexual y el acoso sexista. Así, el 20% de las mujeres jóvenes de la UE han sufrido acoso sexual cibernético, y el 14% de las mujeres han sufrido acoso cibernético desde los 15 años.

Aunque nuestro Código Penal tipifica este delito y lo persigue, es precisa una regulación específica y actuar en las empresas, para lo que hace falta información y formación. Se trata de prevenir y poder detectar los casos de ciberacoso y que se pueda presentar reclamación, lo antes posible, a fin de minimizar la difusión de los contenidos en Internet y evitar un perjuicio mayor. En este sentido, el Protocolo firmado por el Ministerio y la AEPD tiene como objetivo convertirse en un instrumento que impulse el conocimiento y la difusión entre las organizaciones empresariales y sindicales, de las responsabilidades penales, civiles, laborales, y de Seguridad Social, y administrativas de este tipo de comportamientos. Se trata de mejorar el grado de concienciación de todos sobre este grave problema y fomentar la difusión sobre los medios para hacer frente a estas situaciones, entre las que se encuentra la de presentar reclamación ante la AEPD.

Eliminar las desigualdades en todos los ámbitos

La Vicesecretaria General de UGT advierte que “no será posible acabar con la violencia de género mientras que no eliminemos la discriminación y la desigualdad que sufren las mujeres todos los ámbitos y niveles”. Para eso hacen falta políticas eficaces y recursos económicos.

Para el sindicato, un empleo estable y con derechos  es fundamental para combatir la violencia de género, porque para hacer frente a estas situaciones es necesario que la mujer sea independiente económicamente. Según un estudio de la UE, el 82,5% de las mujeres que han sufrido violencia son poco independientes económicamente, que el 59% estaban en situación de desempleo, y que el 71% de las víctimas destacaba el desempleo y las situaciones de precariedad como los principales frenos para denunciar.

Las empresas apenas utilizan las bonificaciones o reducciones de cotizaciones para contratar a una víctima de violencia de género (el 0,009% en el periodo de 2003 a 2016) y cuando se utilizan es para contratos precarios y temporales (el 74%), y apenas para indefinidos (solo el 26%)

La violencia de género en España

La Vicesecretaria General de UGT recuerda  que entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de octubre de 2019, en España han sido asesinadas 1.026 mujeres a manos de sus parejas o exparejas y que sólo en los 10 primeros meses de este año han sido asesinadas 50 mujeres por la violencia machista, tantas como en todo 2018, y han sido asesinados 3 menores y 41 han quedado huérfanos.

En nuestro país, en 2018 el número de denuncias por violencia sobre las mujeres ejercida por la pareja o expareja fue de 166.961, un 0,4% más que en 2017 .

Por otra parte, según los anuarios del Ministerio de Interior ese año los delitos contra la libertad e sexual ascendieron a 13.811 (un 18% más que en 2017) y se produjeron 1.702 violaciones (un 22,7% más que en 2017), es decir se produjeron casi 5 violaciones al día.

Muchos más casos de los que se denuncian

Cristina Antoñanzas recuerda que hay muchos más casos de violencia de género de los que parece. «Hay miedo a denunciar por falta de políticas de protección adecuadas. Solo conocemos la punta del iceberg de una realidad que está presente en nuestra sociedad» y destaca que  “las mujeres tardan mucho tiempo en pedir ayuda, tardan una de media de entre 8 años y 8 meses en contar su situación”.

El acoso sexual y el acoso por razón de sexo, un fenómeno habitual, pero invisible

UGT advierte que  el acoso sexual y el acoso por razón de sexo es frecuente pero poco visible por “la escasa sensibilización social, el miedo al despido, o al aislamiento de la víctima en el lugar de trabajo. Muy pocas veces es sancionado. Además, es difícil conseguir pruebas.

De hecho, Según el último Informe “La violencia y el acoso laboral en Europa 2015, de la Fundación Eurofound”, en España se denuncian sólo el 8% de los casos de mobbing (en el que se engloban todas las formas de acoso en el trabajo, incluido el acoso sexual y por razón de género), mientras que la media europea es del 14,9%.

El sindicato reclama que  el acoso por razón de sexo debería estar recogido en el  Código Penal, “regulación que debería incluirse en el mismo”.

Pese a que en España no contamos con datos oficiales sobre el acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el trabajo, según datos de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, entre 2008 y 2017, 2.666 personas se vieron afectadas por infracciones en materia de acoso sexual en el trabajo, y 2.170 por infracciones en materia de acoso por razón de sexo, lo que supone, sumando los dos tipos de infracción, más de una diaria (1,25 diarias)

UGT aboga por seguir avanzando en la implantación de planes de igualdad y protocolos contra el acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo, que recojan procedimientos eficaces, transparentes y confidenciales para gestionar las denuncias, así como sanciones duras y disuasorias para los agresores.

La implantación de dichos protocolos debería llegar a las empresas de la mano de la Negociación Colectiva y fruto del consenso en el marco del diálogo social.

 

 

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