El fotolibro se ha presentado esta semana, en la sala de exposiciones Clara Campoamor, de Barakaldo, con una importante afluencia de público, entre los que destacaban algunos de los autores de las fotografías, como Fidel Raso o Jesús Angel Miranda, entre otros, y ha supuesto un año de trabajo para los gestores del compendio, labor que queda enmarcada en este ejemplar, editado por Juan de los Toyos Fundazioa y la colaboración del Ayuntamiento de Barakaldo.
Jesús García de Cos, representante de la Fundación Juan de los Toyos, abría el acto de presentación del fotolibro, agradeciendo el esfuerzo de los autores en la edición de este libro, que se enmarca en los fines de la fundación de recuperación de la memoria histórica, desde la perspectiva más social de la población de Barakaldo y del modo de la vida de una época como fueron los años 70 y 80. También el concejal delegado de la Alcaldía de Barakaldo, Gorka Zubiaurre, se dirigía a los asistentes, valorando la aportación de este trabajo, para dar paso a los autores del libro.
Más que un libro con viejas fotografías
Luis Sala, periodista e historiador, uno de los autores del fotolibro, explicaba cómo, a la hora de abordar este proyecto “no queríamos hacer un libro más con viejas fotografías de Barakaldo o la Margen Izquierda, sino hacerlo desde una visión más global “No hay nada más universal que lo local”, por eso Transiciones quiere ser un retrato de la vida de esos momentos. “La selección podía haber sido otra, pero ésta ha sido la mirada que nos ha interesado”.
El fotolibro tiene como referencia el proyecto Survival Programmes que Exit Photography Group llevó a cabo en varias ciudades inglesas, un trabajo realizado por varios fotógrafos entre 1974 y 1979, que documenta la pauperización de las clases populares en siete ciudades de Reino Unido.
“Nosotros no teníamos un trabajo específico encargado a profesionales, como en el Reino Unido, por eso el libro es un trabajo de recopilación de archivos, bibliotecas y de una labor ya realizada por fotoperiodistas de la época, algunos hijos de la comarca, con una sensibilidad especial en la crisis económica y social de la época”.
Para los autores, “los trabajadores, las mujeres peleando por sus derechos en las calles de Barakaldo tiene un paralelismo con la experiencia de Liverpool, Glasgow o las calles de Belfast”.
En total han seleccionado 55 fotografías de algunos de los mejores reporteros gráficos del momento, como Jesús Ángel Miranda, Fidel Raso, Paco Gras, Manu Cecilio, Fernando Múgica, Alfredo García Francés, Esteban Nieto, Ramón Bernardo y, entre otros, el propio José Luis Nocito, coautor del libro. Ambos realizan una especial mención al recordado Juantxu Rodríguez, del que han incluido fotografías, también a modo de homenaje, en el 30 aniversario de su muerte en Panamá, que dedicó al paisaje de su niñez, la Margen Izquierda, una serie titulada “Mi entrañable caos”.
Muchas de las fotografías pertenecen al fondo de la Gaceta del Norte, custodiado por el Archivo Municipal de Bilbao, otras al archivo de UGT-Euskadi o han sido cedidas por sus autores.
El libro se divide en cuatro apartados. El primero, titulado EGUNEROKO muestra escenas de la vida cotidiana de las personas, sus hogares, su forma de entretenimiento y de ocio, sus pautas de consumo y de vida. El segundo, HIRIKO hace referencia al desordenado proceso de urbanización de esta zona. El tercero, LANEAN analiza el mundo del trabajo y las relaciones laborales, los sindicatos, el desempleo, la crisis industrial, las huelgas, la fiesta del Primero de Mayo. Por último, el apartado BORROKAN habla de la tensión sociopolítica en algunos momentos del paso del franquismo a la democracia, mítines, citas electorales, terrorismo, protestas de todo tipo.
Miradas y escenas de fotoperiodistas
A la hora de desarrollar el proyecto “nos interesaban rostros y miradas” afirma Luis Sala, “escenas singulares” o “colocar el anverso y reverso ante situaciones como el conflicto con la planta de Sefanitro”.
Y lo hacen con un homenaje también al reporterismo gráfico, que en palabras de Luis Sala “ha sido de alguna manera la hermana pobre de un oficio de periodista, que no pasa por la actualidad por su mejor momento. Seguramente, la sociedad vasca tiene una deuda de gratitud para estos profesionales de la información, que siempre con prisas y en condiciones muy complicadas realizaron y realizan una labor no siempre suficientemente reconocida”.
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