Es inaceptable que al terminar el año en Euskadi sigan más de 350.000 personas trabajadoras sin actualizar salarios

El Índice de Precios al Consumo se sitúa en Euskadi en el 6,5 en noviembre, a un mes de finalizar el año y con un diciembre en que se agrava la fragante pérdida de poder adquisitivo de las familias, con la subida al alza de los precios de los alimentos. Para Dani González, Secretario de Acción Sindical e Institucional "es inaceptable que al finalizar el año nos sigamos encontrando en Euskadi con más de 350.000 personas trabajadoras sin actualizar los salarios".
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En lo que va de año la inflación en Euskadi se sitúa en el 5,2 un  6,5 en el interanual, dos décimas  menos  que el mes anterior, cifra que baja, debido  principalmente al comportamiento de la electricidad y se ha reducido a raíz de la introducción de medidas para topar el gas y rebajar la factura eléctrica. Sin embargo, este abaratamiento de los productos energéticos aún no se ha trasladado a la cesta de la compra.

Pese a la moderación de los últimos meses, la tasa de inflación sigue alcanzando cotas muy elevadas . “Las empresas no tardaron en transferir al consumidor sus crecientes costes de producción cuando se dispararon los precios del gas, -advierte el representante de UGT-Euskadi-, y ahora, continúan aprovechando la situación manteniendo los precios elevados, a pesar de que el coste de la materia prima se haya reducido.”

UGT llama al Gobierno a actuar regulando y penalizando la dinámica especulativa de estas grandes empresas, que acumulan ingentes cantidades de beneficios a costa del presupuesto de los hogares.

“La patronal debe de tener altura de miras y comprometerse a alcanzar un acuerdo que reparta de manera más justa los costes de la inflación, moderando la acumulación de beneficios y estableciendo subidas salariales que no atenten contra la capacidad adquisitiva de la población trabajadora”, asegura Dani González, quien enfatiza en que “No hay que olvidar que la actividad productiva de las empresas depende de la capacidad de consumo de las familias, por lo que continuar ahogando su presupuesto ralentizará el consumo y la demanda, lo que puede acabar por generar también una paralización del crecimiento económico y de la creación de empleo.”

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