Los sindicatos SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT hemos denunciado así la nefasta gestión y las políticas poco acertadas que se han realizado durante años en Osakidetza, que ” nos han abocado a ser testigos de la falta de recursos y profesionales, cierres de PAC, retraso de varios días en las citas de Atención Primaria, incremento de las listas de espera y un largo etc. Todas estas carencias son claramente inaceptables en una sociedad moderna como la nuestra, que no debe soportar una merma de calidad, en la atención a su salud.”
En una hoja informativa a toda la ciudadanía, destacan el gran esfuerzo realizado por todo el personal de Osakidetza durante los últimos años, soportando altísimas cargas de trabajo y una gran presión asistencial, afectando a su bienestar y a la salud laboral.
“Esto debería preocuparnos a todas y todos, -señalan- ya que el personal de Osakidetza es parte esencial del sistema público de salud vasco y, sin su compromiso y buen hacer, no es posible una sanidad pública de calidad.”
Participación ciudadana
Colectivos de la sociedad han participado en la concentración de Bilbao, siendo así parte activa de esta reivindicación del personas, quedurante los dos días de huelga se han concentrado y manifestado en distintos puntos de la geografía de Euskadi, en los hospitales Donosti, Txagorritxu y Basurto, en Bilbaon desde el hospital Santiago, en Araba, y seguidamente concentración en el centro de salud Olaguibel, entre otros centros de salud. En Gipuzkoa en los centros de Amara Berri, Irún, Eibar y Zumarraga y en Bizkaia: Doctor Areilza, Areeta(Getxo), Basauri-Ariz y La Felicidad (Barakaldo).
Las protestas culminan con tres grandes manifestaciones
La huelga, que hoy ha tenido mayor eco, con el cierre de ciertos centros de salud, ha culminado con tres grandes manifestaciones, en las tres capitales vascas, en Bilbao, Donostia y Vitoria-Gasteiz, respondiendo al llamamiento de reivindicar los derechos de todas las personas, los derechos de toda la sociedad, porque “con nuestra salud no se juega”.
Impactos: 134