Conclusiones a la investigación sobre “La recualificación como estrategia para el trasvase de empleos de sectores en crisis a sectores emergentes”

La investigación insiste en que, aunque la crisis que nuestra economía atraviesa desde 2008 afecta al conjunto del tejido productivo, su efecto no es simétrico. Es decir, la destrucción de empleo es mayor en la construcción y en aquellas actividades económicas, del sector servicios o de la industria, que proporcionan menor valor añadido o gozan de menor capacidad de exportación. Con todo, la economía vasca ha duplicado su tasa de desempleo desde el inicio de la crisis, si bien aún se mantiene muy por debajo del índice de paro de la economía española.
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El Departamento de Empleo y Formación de UGT-Euskadi presentaba, el 17 de julio de 2013, en la sede de UGT Euskadi de Bilbao, los resultados de un estudio, promovido por el sindicato y en colaboración con ASIMAG, bajo el título “La recualificación como estrategia para el trasvase de empleos de sectores en crisis a sectores emergentes”. Esta investigación (Nº de exped. 2012/BI/0401/A5) ha sido financiada por la Fundación Vasca para la Formación Profesional Continua HOBETUZ, en el marco de la Convocatoria 2012 de Acciones de Apoyo y Acompañamiento a la Formación.

La investigación insiste en que, aunque la crisis que nuestra economía atraviesa desde 2008 afecta al conjunto del tejido productivo, su efecto no es simétrico. Es decir, la destrucción de empleo es mayor en la construcción y en aquellas actividades económicas, del sector servicios o de la industria, que proporcionan menor valor añadido o gozan de menor capacidad de exportación. Con todo, la economía vasca ha duplicado su tasa de desempleo desde el inicio de la crisis, si bien aún se mantiene muy por debajo del índice de paro de la economía española.

Ocupaciones y subsectores emergentes

No obstante, en la estructura económica del País Vasco, pueden identificarse ocupaciones y subsectores que hemos calificado como emergentes, que bien no están destruyendo empleo o que bien, incluso, lo están generando tímidamente. Estos subsectores es de esperar que, en el corto o medio plazo, cuando se inicie la recuperación económica, sean quienes lideren la creación de empleo.

Estos subsectores económicos pueden clasificarse en tres grandes grupos. Por un lado, los conocidos como “empleos verdes”, es decir, ligados a las fuentes de energías renovables y localizadas en subsectores novedosos y que responden a nuevas demandas sociales, como por ejemplo la agricultura ecológica o sostenible. Por otra parte, debemos apuntar un gran grupo de actividades vinculadas a la industria manufacturera más productiva o con alto valor añadido, que congrega a ocupaciones cualificadas y con amplia vocación exportadora. Justamente la mayor capacidad de internacionalización de la economía vasca, proveniente de estas empresas y ocupaciones, explica en buena medida la menor tasa de desempleo en comparación con el conjunto de España. Es evidente, por lo tanto, que la salida de la crisis implica, en primer lugar, la promoción de políticas de I + D + i que fortalezcan actividades productivas de estas características y en el marco primordialmente de las pequeñas y medianas de empresas. Y, en tercer término, debemos insistir en la existencia de otras ocupaciones menos cualificadas, más bien vinculadas a actividades ubicadas en el sector servicios (turismo, hostelería,…), y que ya -dos décadas atrás- eran calificadas como “nuevos yacimientos de empleo”.

Itinerarios formativos que permiten la recolocación

A través del trabajo de campo cuantitativo y cualitativo realizado, y en el que han participado expertos en economía, empleo y formación, representantes de agentes sociales y de empresas y, naturalmente, trabajadores de sectores en declive y de sectores emergentes, hemos concluido en la necesidad de establecer itinerarios formativos que, en el tiempo más breve posible, permitieran la recolocación de los trabajadores en las ocupaciones y sectores con mayor capacidad de empleabilidad.

Por este motivo hemos elaborado más de veinte fichas que, destinadas principalmente a trabajadores desempleados y -claro está- a orientadores laborales, visualicen el recorrido que, sobre todo a través de módulos formativos y certificados de profesionalidad, han de atravesar los procedentes de las ocupaciones de los sectores que más empleo han destruido para que, en un plazo no mayor a 6 o 9 meses, logren su recolocación en puestos de trabajo empleables y con condiciones laborales dignas.

Es justo advertir que el País Vasco cuenta con una oferta formativa, también financiada a través de la formación para el empleo y más exactamente por la formación de oferta, que destaca por haber incorporado -en los años más recientes- certificados de profesionalidad, ligados a ciclos de Formación Profesional. Hablamos de una oferta de formación, teórico y práctica, y a veces también impartida a través de e learning; con capacidad para ajustar los perfiles competenciales de los trabajadores desempleados y ocupados a los requerimientos de cualificación de los sectores con mayor demanda.

En suma, la eficacia de las políticas activas de empleo en Euskadi dependerá en buena medida, de aquí en adelante, de potenciar una orientación laboral y una formación para el empleo que atiendan y privilegien estos “itinerarios puente”, capaces de acreditar nuevas competencias por medio de ciertos certificados de profesionalidad y crear así, incluso en un contexto de crisis económica, empleo en breve plazo.

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