El objetivo central de la nueva campaña internacional es lograr la liberación del Sr. Öcalan como requisito previo para el inicio de un nuevo proceso de paz en Turquía y la región en general. Abdullah Öçalan es el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK) permanece encarcelado desde hace 24 años, en unas condiciones extremas, con restricciones en su comunicación con el exterior y totalmente aislado del mundo exterior.
Libertad para Ocalan fue fundada por las Trade Union británicas, en 2016, que insisten que «En flagrante violación del derecho turco e internacional, el señor Öcalan no ha tenido contacto alguno con el mundo exterior. Su última reunión con sus abogados ocurrió en agosto de 2019 y su último contacto con el mundo exterior (una breve llamada telefónica con su hermano) ocurrió en marzo de 2021.
Recuerdan que su familia y amigos, sus abogados y millones de kurdos temen gravemente por su seguridad y bienestar. «Es extremadamente urgente que generemos presión internacional para poner fin a este terrible aislamiento».
La nueva campaña que se ha presentado hoy reúne a sindicatos, gobiernos locales, partidos y movimientos, organizaciones de la sociedad civil, intelectuales y otros, para exigir que se permita al Sr. Öcalan reunirse con sus abogados y familiares y, en última instancia, que sea liberado bajo condiciones que le permitan desempeñar un papel en la búsqueda de una solución política justa y democrática al conflicto kurdo de décadas de duración en Turquía.
Lider del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK)
La demanda de los sindicatos vascos de libertad para Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK) y el resto de presos y presas políticos kurdos como un paso importante para la democratización de Turquía y la paz en el Kurdistan, ya se inicio a principios de año.
En un comunicado conjunto de los sindicatos vascos se recordaba que Kurdistán se ubica en una región que durante muchos años ha sufrido los intereses de las potencias internacionales, afectando a la población que vive allí u obviando los deseos e intereses de la población local. Se trata de una región geo-estratégicamente muy importante, que cuenta con algunos de los recursos naturales más demandados por Occidente hoy en día. Y por eso se ha ignorado repetidamente la realidad y la situación del pueblo kurdo, el mayor pueblo del mundo sin un estado propio.
La cuestión kurda afecta a Irak, Irán, Siria y, en particular, a Turquía, y es uno de los principales conflictos sin resolver de Oriente Próximo. El conflicto entre el Estado turco y el movimiento kurdo por la libertad continúa hasta nuestros días. En este conflicto se han perdido hasta ahora más de 40.000 vidas, unos 4.500 pueblos han sido evacuados o incendiados, mientras que millones de personas se han convertido en refugiadas dispersadas por distintos territorios. Los ataques contra el pueblo kurdo, contra la libertad y la democracia construidas sobre las ruinas creadas por el colonialismo y el capitalismo, continúan hoy en día.
Por la experiencia pasada de otros conflictos sabemos que para que se desarrolle un proceso de paz, entre otras cosas, hacen falta personalidades fuertes cuyo liderazgo pueda ayudar a sus comunidades a buscar también soluciones pacíficas al conflicto. Nelson Mandela, Gerry Adams, entre otras personas, tenían el respeto y la confianza de sus comunidades, por lo que pudieron convencerlas de que trabajasen de forma activa en la búsqueda de una solución negociada. Sin duda, Abdullah Öcalan también entra en esta categoría.
El actual gobierno turco de Erdoğan mantuvo negociaciones con Öcalan durante dos años y medio, durante los cuales el líder kurdo propuso un plan gradual para alcanzar la paz, desde medidas de fomento de la confianza, pasando por un proceso de desarme bajo vigilancia internacional, hasta una solución política permanente a la cuestión kurda. Aunque las negociaciones se rompieran en el 2011, las propuestas de Öcalan, recogidas en su “Hoja de Ruta”, siguen siendo de la máxima importancia para abordar y buscar una salida negociada a la llamada “cuestión kurda”.
La exigencia de la libertad de Öcalan es vital para romper la lógica militar del conflicto y desviar la atención hacia negociaciones pacíficas y la resolución del conflicto kurdo en clave democrática. Es por todo ello, que los sindicatos vascos demandamos lo siguiente:
- Apoyar la petición de libertad para Abdullah Öçalan y el resto de presas y presos políticos kurdos como un paso importante en la democratización de Turquía y la paz en el Kurdistan.
- Poner fin fin al sufrimiento y la opresión del pueblo kurdo.
- Articular un proceso de paz que garantice una salida negociada al conflicto.
- Que se le permita al pueblo kurdo decida libremente su futuro y se organice en la forma que democráticamente decida.
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