Ante los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC), dados a conocer hoy por el INE, marcados por la situación de paralización de parte de los sectores de la economía y la tendencia del IPC, que en Euskadi ha bajado ya hasta el 0,7 en el mes de mayo (dos décimas menos que en el mes de abril) y el -0,9 en el ámbito del Estado, la Secretaria de Política Sindical e Institucional de UGT-Euskadi advierte del problema de deflación que se generaría en los precios si avanzamos por estos derroteros. No obstante advierte que aunque en general el IPC haya bajado, en grupos básicos como alimentación y bebidas no alcohólicas ha llegado a subir hasta el 4% en Euskadi, lo que hace más difícil la situación en las familias que han sufrido la pérdida del empleo y, por tanto, del salario o de parte de salario, y que ha puesto en serias dificultades de supervivencia a muchas familias.
La representante de UGT-Euskadi asegura que “la supervivencia vital de las personas no puede depender de la solidaridad caritativa sino de un reparto justo de la riqueza generada por el conjunto de la sociedad” y asimismo “urge al Gobierno vasco a cerrar un acuerdo en los complementos de ERTEs para insuflar dinero a las economías familiares más perjudicadas por la situación de crisis por el COVID19, que estamos viviendo.”
Maribel Ballesteros recuerda que tanto el Ingreso Mínimo Vital, aprobado recientemente por el Gobierno de Sánchez, así como la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que tenemos en Euskadi “No son caridad, sino un derecho” ypor eso es más necesario que nunca reforzar estos sistemas de protección, para no crear más bolsas de pobreza y aumentar el riesgo de marginación que existe en una población ya castigada por la anterior crisis financiera del 2008, de la que todavía no habían salido muchas personas.
La representante de UGT-Euskadi urge al Gobierno vasco a cerrar un acuerdo para paliar la situación de los miles de trabajadores/as que permanecen en ERTE en Euskadi y que están teniendo una merma considerable de sus nóminas, de un 30% en la mayoría de los casos. Desde UGT entendemos que inyectar dinero a las familias a través de los salarios y las prestaciones sociales son imprescindibles para contribuir a la recuperación económica a través del consumo y, de esa forma, evitar el peligro de deflación al que hacíamos referencia anteriormente.
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