Los vigilantes de seguridad, que trabajan para la empresa Prosegur, de Renfe Gipuzkoa, resultaron heridos de diversa gravedad, tras solicitar a un viajero en repetidas ocasiones que validase su tarjeta Mugi y pedirle que se bajase del tren por no hacerlo. El pasajero tras negarse a hacerlo se pone agresivo empujando a uno de los vigilantes, que cae entre el andén y el tren. El otro compañero también resulta agredido. Finalmente el pasajero consigue escaparse por las escaleras y saltando los tornos.
Ante el importante número de agresiones que se vienen produciendo en Renfe, Isidro Campo, responsable de UGT Seguridad Privada advierte que hay que buscar fórmulas para evitar que sigan ocurriendo agresiones a trabajadores/as y/o usuarios. “Los responsables de Renfe no pueden mirar para otro lado cuando se pone en peligro la integridad de usuarios y/o trabajadores/as, propios o ajenos. Tendrán que adoptar medidas para que no se vuelven a repetir estos hechos y no eludir su responsabilidad”.
UGT Seguridad recuerda que las decisiones operativas sobre seguridad dependen de la operadora Renfe no de las empresas adjudicatarias del servicio y, por eso, quieren transmitir a la compañía ferroviaria la urgente necesidad de reforzar los servicios de protección.
Por otra parte a Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT-Euskadi, insiste en la necesidad de que estas agresiones tengan la consideración de delito por agresiones a la autoridad, de conformidad con la Ley de Seguridad Privada, para que no queden impunes; Reforzando así la protección jurídica de la seguridad privada.
En este sentido Isidro Campo incide en que “esta situación resulta, lamentablemente, habitual para los trabajadores del sector de la seguridad privada, por lo que desde UGT reivindicamos que los vigilantes de seguridad tengan la consideración de agentes de la autoridad, puesto que “son ellos los que, en múltiples ocasiones, se encargan de garantizar la seguridad de los ciudadanos”.
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